El arte es una mentira que nos permite decir la verdad.
Pablo Picasso

viernes, 4 de noviembre de 2011

Dos mundos.

¿Alguna vez se han mezclado dos mundos delante de vuestros ojos?
Es una sensación increíblemente extraña que no sabría si englobar en la categoría de felicidad radiante y extrañeza, incluso miedo. No es raro, ya que tendemos a separarlo todo. Al menos yo.
Drums va al mismo instituto que yo y tiene el mismo horario que yo. Eso no me había pasado nunca con ningún miembro de Resistencia y es genial. Porque sé que si me pasa algo mientras estoy en clase, o necesito ayuda, o tengo un dilema moral o quiero comida Drums está ahí. Y Drums me comprende. Por otra parte, ver en el mismo plano a la gente del instituto, a mis profesores, los pasillos, las clases y a Drums es no menos que inquietante.
Hoy, viendo como ella se relacionaba con total libertad con mi pequeño clan de clase, he visto como las barreras espaciales se rompían, saltaban los rayos y las chispas, y se fusionaban dos mundos, dos ambientes, dos sentimientos. Y me ha gustado ver que son compatibles.
¿Por qué no? ¿Por qué pensamos que no es compatible mezclar? Ya no hablo tan sólo de grupos de amigos, de mundos y costumbres distintas. Sino de estilos, de formas de vida, de opiniones.
Cuando empiezas a dibujar, hay un proceso de aprendizaje larguísimo y repleto tanto de teoría como de práctica. No tiene nada que ver con saber cómo mover la mano, eso lo sabe hacer todo el mundo. Dibujar es una actividad mental que consiste en saber mirar, saber ver lo que se ve. Al conseguir verlo, consigues dibujarlo y alegra muchísimo darse cuenta de que las manchas que antes no hubieras visto ni harto vino, existen, están ahí. Esto es difícil entenderlo si no dibujas, pero para que os hagais una idea.
El estilo embrión que deja entrever un poco lo que haces, tu manera de expresarte, tu mundo interior, no aparece hasta que no llevas años dibujando y has hecho quinientos mil dibujos, algunos a los que les has prendido fuego o se los has dado para comer al perro. Ese estilo embrión, refleja lo que hay en tí. No lo que muestras, lo que hay, cómo eres. Si además tienes la suerte de actuar conforme a tu personalidad (esto no siempre sucede, mozuelos, habeis de admitirlo), entonces perfecto.
Es genial tener un estilo, pero para saber dibujar, para elegir qué dibujar antes tienes que saber controlar lo que haces. Tienes que saber mezclar mundos. Como cuando un actor que está teniendo un día horrible llega al escenario y tiene que representar un momento de dicha absoluta, se pone su máscara, olvida su vida y se centra en representar. Y si tu estilo embrión es suave, delicado, femenino, poético (como es mi caso) te lo tienes que guardar y aprender a ser enérgico, dramático, fuerte y veloz. Y es entonces, cuando está todo mezclado y eres capaz de utilizar todos los estilos en un solo cuadro, entonces puedes elegir en qué mundo vivir.
O... puedes fusionar mundos.

4 comentarios:

  1. Jolines, es que me encanta como escribis todas las personas a las que leo, me ha encantado como lo has explicado todo, la manera que tienes de ver las cosas...¿te has planteado la idea de ser profe? xD

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que sí me lo he planteado. Y me gusta mucho explicar. Pero lo mío sería ser profesora de arte. Aunque supongo que también se necesita saber expresarse para eso ^^

    ResponderEliminar
  3. Y ahora es cuando yo me llevo las cosas un poquillo para mi terreno (que también es tuyo) y te digo que, más o menos, eso es lo mismo que hacemos al escribir: empezamos imitando, creamos un estilo y luego intentamos romperlo para poder usar varios registros, aunque siempre se verá una parte de nosotros reflejada en el texto.

    ResponderEliminar
  4. Oh my godness. Me encanta. Sinceramente, me has dejado la piel de gallina y una sensación indescriptible. A mí también me gusta mucho tu percepción del mundo =).
    ¡Por cierto! ¿Algún día nos enseñarás algún dibujo tuyo? Ahora tengo muchas ganas de ver alguno =).

    ResponderEliminar

Deja que las palabras fluyan de tí y traigan a mi playa tu sonrisa.