El arte es una mentira que nos permite decir la verdad.
Pablo Picasso

sábado, 21 de enero de 2012

Amigos. Boto. Parte de mi familia.


Todo el mundo debería tener un Boto. Porque Boto vive en armonía. Porque Boto no le da importancia a cosas que no la tienen, y menos si se trata de algo dañino. Porque Boto es un guardián, te hace sentir querido.
No sabría muy bien cómo calificar a Boto. Él era mi primo los viernes, mi tio los sábados y mi hermano los domingos. Me crié con él y aprendí a ser quien soy en parte gracias a él. Recuerdo el momento en el que lo conocí. Fue jugando. Con Boto siempre es un juego. Boto, en su interior tiene un espíritu puro, comprensivo, él sabe que para los niños todo es un juego, así que hace de todo una oportunidad para divertirse y aprender, dos de las cosas que mueven mi vida. Y así me conquistó. Boto me enseñó a atravesar el desierto de Dune sin que me comieran los gusanos gigantes, me enseñó tácticas de supervivencia y de ahorro. Me enseñó a pintar con comida, a dormirme oyendo historias fantásticas sobre animales que viajan, sobre peregrinos del tiempo, sobre castillos que andan y piedras mágicas que conceden deseos. Junto con mis padres, me enseñó a amar la naturaleza, a luchar por mis ideales con argumentos racionales, a amar el arte, la cultura y los libros. Me enseñó a decir que quiero beber en alemán, me enseñó a beber cerveza. Me enseñó a ser pacífica y a soltarme. Me enseñó lo raro, lo que no había visto nunca.
Cuando Boto entró en nuestras vidas, nos volvimos más bohemios. Empezamos a interesarnos más por nuestro alrededor. Nosotros lo conseguimos a él, y él nos consiguió a nosotros. Su familia elegida, esa que no le juzga por cómo es, por lo que hace. Esa que le apoya y admira esa humildad, esa paz, esas ganas de salvar el mundo, esa bicicleta todoterreno para no contaminar, esa música extraña que nadie escucha, esas pizzas caseras con vino, esa ropa despareja, esa voz aguda que desafina cuando canta, ese "Me da igual lo que piensen de mí, no es importante. Voy a ser feliz cueste lo que cueste, y sería genial que vosotros también lo intentaseis. ¿Os apuntais a un concierto celta?"
No es la fuerza lo que lo hace especial, ni tampoco la belleza exterior. No es su facilidad para captarlo todo o su agilidad. Es la constancia y el empeño que pone en cada cosa que hace. La dedicación con la que vive, la paciencia que tiene, su empatía, generosidad y todo el amor que lo mueve. Y está prohibido concebir a Boto como la despreocupación personificada. Pues con apenas mi edad ya estaba enterado de todo y formadas muchas de sus opiniones. No me es dificil imaginármelo con quince años menos poniendo verde a algún político canalla de la manera más humorística y exagerada posible.
Creo que si Boto no hubiera entrado en mi vida, yo no sería quien soy ni por asomo. Sería más triste, no habría hecho ni la mitad de cosas. No habría plantado ese árbol, leído ese libro o hecho ese dibujo. Creo que si Boto no hubiera entrado en mi vida, Aquarela no existiría y no sabría cómo existir.
Todo el mundo debería tener un Boto que le llevara a manifestaciones, a reforestaciones, a exibiciones de capoeira, a exposiciones, a la biblioteca, pese a que tardara demasiado en hacerlo y una Aquarela de siete años se enfadara con él. Y Boto simplemente recibiera el enfado con los brazos abiertos y pensara “Perfecto. He creado un monstruo. Mi plan va sobre ruedas.” Y acto seguido, aguantara, jugara y riera durante horas haciendo uso de su espíritu juguetón y de su asombrosa capacidad de ponerse en la piel de dos fantasiosas niñas.
Pese a la asombrosa capacidad del típico joven actual de atraer la indiferencia o el tormentoso enfado adulto, Boto ama a las personas por quienes son, y no por la edad que tengan. Es capaz de hacer que un niño se sienta importante, respetado y escuchado, pues valora toda opinión sin discriminación. Aunque eso a veces le haya traido problemas del calibre de "Aquarela es muy pequeña para ver eso, Aquarela no se acuerda de ponerse la chaqueta sola o a Aquarela todavía no le interesa mucho la economía". Ahora que puedo mirar con un poco más de perspectiva, Boto siempre a sido así conmigo, me ha contado sus cosas, me ha hecho partícipe de sus descubrimientos.
Estoy orgullosa de Boto. Es una persona que ha decidido viajar y aprovechar su tiempo. De aquí para allá, no importa. Todo puede convertirse en una buena experiencia con una sonrisa y energía positiva. ¿Para qué hacer mala sangre? Haz de tu vida una buena historia y no te preocupes o enfades por cosas que no son importantes. Esa es su filosofía de vida. El respeto por la felicidad, la armonía con el entorno, el pensamiento. Cuando sumas todo eso, cuando encuentras la inteligencia aplicada a la felicidad y al amar a los demás, el resultado es una melodía exótica llena de color, de danza. Es Boto.

2 comentarios:

  1. Boto es ese tipo de persona que sigue el rollo a dos niñas pequeñas que sospechan que es una bruja. Y mola mil.

    ResponderEliminar
  2. Todas deberíamos tener a alguien como a Boto a nuestro lado.

    ResponderEliminar

Deja que las palabras fluyan de tí y traigan a mi playa tu sonrisa.