La educación ya no importa

Resulta que nos van a reformar el instituto. Llevan 20 años esperando esta situación, y sería algo inmejorable de no ser por que a los estudiantes de bachiller han decidido jodernos vivos. Van a tirar un edificio y a levantar uno nuevo, y lo que es la parte antigua del instituto la van a restaurar. Eso implica que no cabemos en nuestras aulas así que, para no tener que pagarnos aulas prefabricadas en el patio, nos cambian el horario a las tardes y nos infiltran de okupas en el instituto de al lado.
Vale, muy bien. No hay dinero para unos ocho barracones. ¿Por qué, señores encargados de la educación? ¿Os lo habéis gastado todo en urbanizaciones con piscina al lado de la playa, o en subvenciones para escuelas privadas? Quizá ni siquiera las escuelas privadas obtengan ya sus queridas becas puesto que parece ser que en esta comunidad la educación en general importa bien poco.
Hay gente que por las tardes trabaja, o estudia una carrera de música en el conservatorio, o está matriculada en la escuela de idiomas. Se perderán muchas oportunidades y hábito de estudio que no se tiene por las mañanas. Imaginad, si el horario acabara a las nueve y media, las personas que viven en un radio de hasta treinta kilómetros del centro (que las hay, gracias a que a nuestros queridos burócratas, en los que se supone que tenemos que confiar para que estructuren debidamente nuestros planes de futuro no se molestan en repartir algunas clases más de bachilleratos de artes plásticas y escénicas) llegarían a sus casas a una hora poco razonable para madrugar al día siguiente. La mañana perdida, y eso en segundo de bachillerato con la PAU continuamente al acecho, no puede ser bueno. Por supuesto siempre está quien dice que en la universidad los horarios cambian y tendremos que aguantarnos con lo que nos toque. ¿Estoy en la universidad? No. ¿Tengo que cambiar mi vida de forma radical ahora mismo? No. ¿Hay opciones? Sí. Muchas.
Y muchos problemas los que van a surgir, como por ejemplo los conflictos que se podrían crear si en el centro que nos acoja hay algún problema y lo tiene que solucionar un jefe de estudios que no es el nuestro. O de los profesores que van a tener que trabajar tres turnos, pues la coordinación de horarios siempre ha brillado por su ausencia en los centros educativos en los que he estudiado. Y para acabar, esperemos que ninguno de nuestros educadores pierda su plaza, ¡no vaya a ser que tengan que pagar sueldos!
Ahora nos piden que les demos dos días de plazo para decidir si pueden montarnos las aulas prefabricadas o nos mueven a la tarde. Directora, profesores y alumnos unidos y con los dedos cruzados para que tengan piedad de nosotros. Para que tengan piedad de escolarizarnos y limpiarse el sudor de la frente porque la obra ya no corre prisa, podemos tirarnos aquí 10 años, total, los niños ya tienen barracones en los que helarse en inviernos y derretirse en verano.