Sueño olvidado

Zapatilla tiene un tio dibujante de comics. En España es dificil publicar pero el lo hace, y parece ser que en otros países también. Cuando Zapatilla me lo dijo, también me contó que había una chica publicando en Japón.
He pasado toda mi vida dibujando comics. De acción, de fantasía, comedias, tiras... cualquier gilipollez (o no tanto) que se me ocurría la tenía que plasmar en forma de viñetas. Aunque nunca acabé ninguno. Empezaba con ellos y se me ocurrían un millón de razones para no continuarlos. "Aún no soy lo suficientemente buena". Esa excusa hubiera valido si los proyectos que se me iban ocurriendo hubieran sido serios.
Yo antes no sabía priorizar. Creía que cualquier esbozo podía convertirse en algo digno de presentar a una editorial. Sobrevaloraba las ideas generales y no llegaba a desarrollar ninguna a fondo por miedo a no saber hacerlo bien debido a mi poca experiencia artística y a mi no-desarrollada mente joven. Pero empezar a dibujar en serio en la academia de arte y en el instituto y darme cuenta de que primero, el dibujo se trata a grandes rasgos y después se le mete el detalle, de que no hay que tener miedo a meter negro, de que al principio todo es una mancha, pero que si esta no se llega a crear no el dibujo no tendrá futuro... todo eso me ha enseñado a darle importancia a unas cosas y a otras no. Si no te gusta, si no sabes lo que estás haciendo para y préndele fuego. No es importante.
Ahora empiezo a darme cuenta de que hay proyectos que valen la pena y otros que no. Mi estilo, que aun es un embrión, empieza a manifestarse y aunque no lo conozco no tengo prisa. Me doy cuenta de que si no dibujo comics, no dibujo. Y también veo que puedo utilizar ideas desechables para practicar, para evolucionar y desarrollar mi embrión.
Y sobretodo, me gustaría abofetearme a mí misma porque de tantas veces que he pensado en lo difícil que es publicar aquí, me he acabado creyendo que no conseguiré convertirme en dibujante de comics y me he forzado a labrarme otro sueño. Yo no quiero ser profesora. Yo no quiero ser ilustradora. Me atraen, y son una buena opción si no triunfo. Pero sólo si. Porque quiero dibujar comics. Y aunque tenga en el cajón esperando proyectos serios de verdad que quiero desarrollar cuando esté preparada (sé que aún no es el momento), es hora de ponerse las pilas y dibujar.
El tio de Zapatilla no me conoce, yo tampoco le conozco a él. Pero espero no sonar muy cursi si digo que en parte le doy las gracias por ayudar a la circunstancia a abrirme los ojos.