El arte es una mentira que nos permite decir la verdad.
Pablo Picasso

domingo, 28 de agosto de 2011

El curioso caso de Padre y Madre.


Mis padres tienen un extraño síndrome. Cuando más tiempo pasa más rejuvenecen. Hace unos años ocurrían situaciones del calibre de:

Madre: Cuando empieces a salir lleva spray de pimienta en el bolso.
Padre: Tu llámame siempre y yo voy a buscarte en coche. A cualquier lugar a cualquier hora.
Yo: Que sí...

O como:

Madre: No puedes ver esta serie porque es para mayores.
Yo: Pero si no sale nada...
Madre: Espera cuatro años.
Padre: O cinco.

O incluso:

Madre: No vayas sola a capoeira.
Yo: ¡Pero si es de día y se va por una avenida!
Madre: ¡Que no!

Pero por alguna extraña razón, llámese hartazgo paterno, crisis de madurez o esquizofrenia prematura, mis padres son más jóvenes que yo en estos momentos. Tanto, que se van de parranda sin el móvil, hacen barra libre (no cocinan) cada noche u ocupan el ordenador para ver anime. Y las situaciones se invierten peligrosamente:

Yo: (Por el móvil) Hay un tio gritando en la calle delante de la puerta de casa. Me da miedito, ¿te asomas por el balcón para verme entrar?
Madre: ¡Ese no te va a hacer nada! Anda, no seas miedica.

O:

Yo: Madre, déjame el ordenador un rato, por favor.
Madre: Estoy haciendo maratón de Naruto/Bleach/Scrubs/Anatomía de Grey.
Yo: Padre, ¿me dejas ver la tele?
Padre: Estoy jugando al Prince of Persia.

O:

Yo: (Por el Móvil) Padre, son las diez de la noche, tengo que ir hasta la plaza de toros para coger el bus, llevo cinco horas pintando y estoy sucia y despeinada. ¿Me recoges por favor?
Padre: Espera. (Tapando el auricular) Que se venga en bus ¿no?
Madre: (Por detrás) Sísísí.


Lo de que sean unos frikis tiene sus ventajas. No me miran mal a mí, y además puedes hablar con ellos de intereses comunes en cuanto a ocio se refiere. Y que me den libertad está muy bien. Lo que no mola nada es que va por épocas y la cosa cambió drásticamente en menos de un año.
Mi padre no es que haya sido protector nunca, mi madre demasiado. Pero en cuanto vio que mi madre se hablandaba, él dijo “El cielo se ha abierto, soy libre.” Dejó de ocupar su tiempo con otras cosas y empezó a convertirse en un adolescente. Cuando discutes con él imita tu voz, se burla de tí y se chiba. Y además quiere aprender a moverse como las divas negras y no le sale. Clumsy se rie de él por eso. Y sobretodo ve series guays, anda como si fuera guay y a veces habla guay. Y se ha puesto a estudiar un módulo. Eso es guay.
Yo quiero mucho a la santa madre que me parió. Me parece una persona realmente humilde e integra y consecuente consigo misma. Además, aunque no tenga estudios, es muy inteligente y las pilla al vuelo. Sabe cómo tratar a las personas y cómo actuar en cada situación. No es porque sea mi madre pero quien la viera sin conocerla pensaría que la tia es profesora o educadora. Pero hay días en los que suda de mí (no lo digo en el mal sentido) y ni me pregunta a dónde voy, y hay otros que de repente se estresa porque no quiere imaginarme conduciendo una bicicleta por carretera y pegándome una ostia (que a ella le pasó).
Mi abuela es igual. No, peor. Mis tios y mi madre hicieron de todo de jóvenes. Y cuando digo de todo quiero decir de todo. Mi madre tiene cuarentamil historias que contar y algún día escribiré un libro sobre ella. Mi abuela se preocupaba y tal como hacen las madres pero sin embargo sus hijos era super libres. Eso sí, a sus nietos no los deja coger un cuchillo porque se cortan (y aquí la menda tiene dieciseis años y lleva un cuter en el bolso, ser del artístico es lo que tiene), ni cruzar la calle porque les atropellan los coches (la menda va a un instituto en el peor barrio de Alicante), ni ir en bici por el pueblo porque (¡Ohmygosh!) nos les atropellan los (mmm... ¿5?) coches que hay en el pueblo.
Ahora mi abuela ve a mi madre y se pone nerviosa. Claro, de pronto es muy joven.
Cuando tenía diez años, mi madre escondió unos comics de Naruto que me había prestado Speed, porque salía el Sexy no Jutsu (una técnica en la que Naruto se convierte en una chica desnuda cubierta por NUBES DE VAPOR que hacen imposible que se vea NADA). Luego mi padre se vició, detrás fue mi madre y un día, yo y Clumsy pudimos verla (aunque yo había estado esperando dos años).
Boto siempre ha dicho que mi madre se pasaba de protectora. Pero se quedó flipado cuando este verano quedaba muchos días con él durante horas e ibamos a bucear a la playa y mis padres no llamaban, ni preguntaban, ni sabían dónde estaba. Que no es que yo vaya a irme a drogarme o a hacer orgías, pero para mis padres eso es un paso.
Creo que la situación es graciosa. Hacía tiempo que me había dado cuenta de que mis padres no eran superheroes, había aceptado que seguían siendo las mismas personas que hace veinte años pero con el cuádruple de responsabilidades. Es difícil ser mayor. Y no utilizo la palabra adulto porque no creo que se corresponda con lo que se cree que es su significado. Creo que el concepto adulto como persona mayor no existe. Creo que no cualquier persona puede llegar a ser adulta, pero sin embargo alguien joven puede serlo. Adulto no significa tener cuarenta años y tres hijos. Adulto significa ser responsable, priorizar correctamente, pensar con objetividad, tener inventiva y fortaleza, no rendirse a la primera de cambio, saber trabajar en equipo y no tomarselo todo a pecho, sino poder tener una discusión civilizada sobre temas que valgan la pena discutir, y no tonterías.
Ser mayor, si no eres adulto tiene que ser horrible. Y aunque yo considero a mis padres adultos y doy las gracias por estar bajo su cuidado, puedo comprender que esten un poco hasta los huevos de actuar con restricciones, preocuparse por todo lo que hacen sus hijas, estar pendientes de ellas a todas horas, y aguantar ruido y más ruido.
¿Quién no quiere ser joven para siempre? Ahora que por fin pueden relajarse un poco que lo hagan. Son divertidos, bipolares hasta la jodienda, pero divertidos.

1 comentario:

  1. Antes de nada: TU MADRE ES LA AMA DEL MUNDO. Punto pelota, no hay que darle más vueltas xD.
    Ahora sí, me ha gustado esta entrada. La verdad es que me gustaría ver a mis padres en "modo adolescente" algunas veces aunque, como tú dices, es raro pasarte un montón de tiempo por ahí sin que te llamen. Como tú dices, ahora que estáis un poco más mayores puede que tus padres estén disfrutando de la "libertad perdida" (odo, qué mal suena eso xD).

    PD: Me he muerto de risa con el párrafo del cúter en el bolso, el instituto y los coches inexistentes. xDDDDD

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