El arte es una mentira que nos permite decir la verdad.
Pablo Picasso

jueves, 1 de septiembre de 2011

EBV '11: Cuarto día. Conecta con otros.


Cuando me he levantado esta mañana y he ido a pasear al perro, me ha chispeado encima. He pensado que como hacía un día nublado vendrían menos niños, pero qué va. Se han vuelto a multiplicar. Es genial.
Lo mejor de todo es que ya se van conociendo y se ayudan unos a otros.
La manualidad de hoy consistía en recortar la corona de la estatua de la libertad y fabricar con rollos de papel higiénico, cartulina y papel amarillo y rojo la antorcha que lleva en la mano. En el primer grupo se han puesto muy contentos cuando han visto lo que íbamos a hacer hoy y han estado todo el rato jugando a que eran estatuas, lo que nos ha dado más tiempo para preparar las cosas pues estaban tranquilos. Han empezado a preguntarme cómo me llamo, parece ser que les importa saber más de mí ahora que me van conociendo y me ven todos los días.
He tenido el reto personal de convencer a una niña de cinco años de que venga conmigo. La madre les ha dejado a ella y a sus hermanos y se ha ido. A los pequeñines les tocaba arriba del todo, juegos y ella echaba de menos a su mamá y no quería subir, pero se me ha dado bastante bien convencerle y al final ha terminado pasándoselo muy bien.
El segundo grupo, como siempre, desbordante, han llegado todos con sus trabajos y sin poner el nombre nos los han dado. Luego se han sentado y a pedir. Por suerte no se portan tan mal y si les pides que hagan las cosas las hacen. Entre tonterías pero las hacen. Y hay algunos que son realmente buenos y ayudan a los demás a hacer las cosas, o se muestran dispuestos cuando les explicas qué hay que hacer.
“Profe, a ver si me pillas”, “¿puedo jugar, profe?” Hoy me han hecho sudar a la hora del almuerzo. Querían que les pillara, todos. Y luego llevarme a la cárcel. Me han agarrado y ya no me han soltado. Yo también puedo ser de las monitoras que se tiran al suelo, no se me caen los anillos. Pero creo que incluso prefiero ser la que les acompaña al baño, les abraza y les da agua.
Casi me sé todos los nombres, y eso que son ochenta y seis niños, pero sin esfuerzo se me quedan, sobretodo los de las niñas. Pocahontas ha venido a hacer fotos escapándose del área de música y de alguna manera me ha dicho que está orgullosa de mí. Debe gustarle cómo trato a los niños. Al final va a ser mi vocación y todo, fíjate tú.
Lo que ha terminado de alegrarme el día es que cuando los chiquitines han llegado me han abrazado. ¡Han llegado corriendo y me han abrazado! Riéndose. Son muy felices. Ojalá que se queden siempre así de felices. Se rien con todo y a pesar de que son muy pequeños te dan las gracias cuando les das algo, conversan contigo sobre algo que les han dicho y cuando otro compañero me pide el pegamento, ¡flípalo, se lo pasan!
Están conectando con los otros. Si ven que a alguien le falta algo, me lo dicen, o si quieren que un amigo suyo tenga un rotulador de un color que les guste me avisan. ¡Son preciosos!
Y por fin hemos conseguido que se pongan todos en sus lugares para bailar y cantar la canción lema, “Aventura en la gran manzana”. Son un cuadro.

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